Tras tantas y tantas historias relatadas y experiencias vividas, lo que concluyo es que : "El que te provoca cicatrices, no debe de ser nombrado". Ni merece siquiera respeto. El tener cicatrices te acobarda, te para ,te quita emoción, te p a r a l i z a. El tener cicatrices duele, y pensar en ello hace que te arda algo por dentro. Y el pensar en tí duele aún mas.
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